Receta israelí de Zoolbia
La Zoolbia es un postre típico de la gastronomía israelí, también conocido como Zalabia en otros países de Oriente Medio. Se trata de un dulce frito en forma de espiral, elaborado con una masa de harina, levadura, agua y azafrán, que luego se sumerge en un almíbar de miel y agua de rosas. Es un bocado dulce y crujiente, perfecto para acompañar el té o el café después de una comida.
Origen e historia
La Zoolbia tiene su origen en la antigua Persia, donde era conocida como Zoolbia Bamieh. Con la expansión del Imperio Persa, esta receta llegó a otros países de Oriente Medio, incluyendo Israel. En la actualidad, es un postre muy popular en Israel y se puede encontrar en casi cualquier cafetería o restaurante del país.
Ingredientes
- 2 tazas de harina
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1/4 de cucharadita de azafrán en polvo
- 1 taza de agua tibia
- 1/2 taza de miel
- 1 cucharada de agua de rosas
- Aceite para freír
Preparación
- En un tazón grande, mezcla la harina, la levadura y el azafrán en polvo.
- Agrega el agua tibia y mezcla hasta obtener una masa suave y homogénea.
- Cubre el tazón con un paño y deja reposar la masa durante 1 hora.
- En una olla, calienta el aceite a fuego medio-alto.
- Con una manga pastelera o una bolsa con un agujero en la esquina, vierte la masa en el aceite caliente formando espirales.
- Cocina hasta que estén doradas por ambos lados.
- Retira las zoolbias del aceite y déjalas escurrir sobre papel absorbente.
- En una olla aparte, calienta la miel y el agua de rosas hasta que se mezclen bien.
- Sumerge las zoolbias en el almíbar caliente y déjalas reposar durante 10 minutos antes de servir.
Servir y disfrutar
La Zoolbia es un postre que se suele servir caliente, acompañado de una taza de té o café. También se puede decorar con pistachos picados o espolvorear con azúcar glas antes de servir. Es un plato perfecto para compartir con amigos y familiares en cualquier ocasión especial.
Conclusión
La Zoolbia es una receta tradicional de la gastronomía israelí que ha sido transmitida de generación en generación. Su sabor dulce y crujiente, junto con el toque de azafrán y agua de rosas, la convierten en un postre único y delicioso. Además, su elaboración es sencilla y requiere ingredientes básicos que se pueden encontrar en cualquier cocina. Si tienes la oportunidad de probarla, no dudes en hacerlo, ¡seguro que te encantará!
